Cada día, cerca de 26 000 colaboradores internacionales comen en los 18 restaurantes de empresa del grupo Lufthansa. El etiquetado de los platos se realiza con impresoras de tarjetas de plástico de Evolis.
La empresa LZ-Catering GmbH, con sede en Hamburgo, se fundó en 1993 como sociedad afiliada al 100 % con Deutsche Lufthansa AG para servir a los restaurantes de empresa del grupo.
En la actualidad, LZ-Catering cuenta con cerca de 430 empleados. Las etiquetas de los platos indican los alérgenos, los ingredientes, los aditivos y los precios, y ya se implantaron en los restaurantes de empresa de LZ-Catering hace tiempo, antes de la introducción de la reglamentación europea INCO relativa al etiquetado de los productos alimentarios.
No obstante, estas etiquetas se imprimían previamente en papel con formato A4 o se escribían en pequeñas fichas que posteriormente se plastificaban. Eso implicaba modificaciones diarias y era poco higiénico y poco estético.
A principios de 2015, la dirección de LZ-Catering tuvo la idea de apostar por una solución más higiénica para el etiquetado de los platos con un diseño homogéneo que presentara los platos de forma legible y precisa. Se encargó al departamento informático que contactara con empresas especializadas en este ámbito.
Después de evaluar varias soluciones, se eligió la impresora de tarjetas de plástico Badgy de Evolis. Las tarjetas de plástico se adaptan perfectamente a los restaurantes de empresa, ya que son resistentes, lavables, fáciles de manipular y tienen un diseño muy profesional.
Badgy es una solución de emisión de tarjetas todo en uno, que se suministra con un software de personalización, consumibles y una biblioteca de tarjetas.
Para Alexander Schmidt, comprador en LZ-Catering, las principales ventajas son sobre todo la relación calidad-precio y la sencillez de uso de la impresora.
Todos los empleados pudieron utilizar rápidamente el sistema de Evolis sin necesidad de recibir una formación exigente y costosa.
«Los aparatos son compactos, transportables y ofrecen una buena relación calidad-precio. Llevan funcionando sin ningún problema desde su implantación en abril de 2015», afirma Alexander Schmidt.
Cada semana, se imprimen entre 50 y 60 tarjetas nuevas en todos los comedores, ya sea en blanco y negro o en color. Muestran información sobre el precio, los ingredientes, los alérgenos, los aditivos y también información dietética u relacionada con prácticas religiosas.